Reto y entrega 1: ¿Existe algún plan de localización de ODS en tu Administración?

Buenas tardes, para la realización del Reto 1 he localizado una noticia que engloba uno de los apartados que considero de amor importancia dentro de la Agenda 2030, que es el del trabajo digo, ya que este de manera transversal engloba otros muchos de los objetivos de desarrollo, complementándolos y con una importancia vital para su implementación en la sociedad. Para ello comento un artículo que he encontrado La Revista de la Seguridad Social que viene a servir de reflexión en torno a la importancia de la reflexión acerca de lo que se puede considerar un trabajo digno. Para ello se comienza citando el Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2020 aprobado como herramienta para luchar contra la precariedad y mejorar la calidad del empleo y las condiciones de trabajo. 

El artículo desarrolla el propio concepto de "trabajo decente", que en el fondo habla de la calidad de vida de las personas y sus familias, así como del desarrollo de una sociedad. Para la OIT, “el trabajo decente sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral”. Según la organización internacional, implicaría, en concreto, ingresos justos, seguridad en el lugar de trabajo, protección social para las familias, perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres.

En este artículo, queda claro la importancia de una entidad como la Seguridad Social en el desarrollo del concepto de trabajo digno, que debe quedar integrado como uno de los puntos cardinales de la propia identidad de la Administración, que por mandato constitucional se constituye como régimen público para garantizar la asistencia y prestaciones sociales en caso de desempleo, pero que además juega un papel fundamental en el desarrollo de un trabajo digno y de una sociedad más justa. 

El trabajo digno es, además de una bella idea, parte de la tarea autoimpuesta de los firmantes de la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible del planeta. En septiembre de 2015, más de 150 jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas estuvieron de acuerdo en que el trabajo decente es un factor clave para alcanzar una globalización justa y reducir la pobreza. El trabajo digno forma parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades y, que a mi modo de ver, constituye un pilar fundamental sobre el que edificar el cambio hacia el nuevo paradigma que todos deseamos.

En concreto, el Objetivo 8 de la Agenda 2030 insta a “promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo productivo y el trabajo decente, y será un ámbito de actuación fundamental para la OIT y sus mandantes”.  De esta manera se fija como un objetivo capital a la hora de llevar a cabo esa transformación del modelo económico incorporando un punto de vista ético y moral en el que el trabajo es visto como una forma de transformación hacia un mundo más justo.

Asimismo, en la Agenda 2030, se reconoce que las iniciativas para acabar con la pobreza deben ir de la mano de estrategias que favorezcan el crecimiento económico y abordar una serie de necesidades sociales, entre las que cabe señalar la educación, la salud, la protección social y las oportunidades de empleo, a la vez que se debe luchar contra el cambio climático y promueven la protección del medio ambiente. Por tanto el trabajo digno se convierte en eje vertebrador de una serie de objetivos, que de otra manera, difícilmente pueden llegar a alcanzar el nivel de consecución que todos consideramos necesario.

Estamos por tanto ante un ODS que se debe incorporar a la propia razón de ser de la Seguridad Social, y que a través de las diferentes políticas públicas se integra en el propio desarrollo y transformación de la Administración Española, que de esta forma saldrá fortalecida junto a la propia Sociedad, ya que si de algo debemos estar seguros, es que la mejora de la calidad de vida repercute directamente sobre el conjunto de la ciudadanía, que de este forma sale fortalecida y se beneficia de un modelo al que impulsa y del que recibe un impulso fundamental.

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